Hay una imagen que me gustaría contarte, ahora que no escribo màs en la revista trimestral, que alguna vez me encargaste no dejarla de escribir.
Mi finalidad, escúchalo bien, no es joderte la vida, ni estropeàrtela. No es observarte desenfadadamente mientras amas con pulcritud, ni menos reírme de cualquier ignoto fracaso tuyo, porque óyelo bien, la risa es buena, la risa espanta el temor, la risa dulcifica el momento. Màs bien, si acaso lo tienes bien claro, te explico mi estampado amor.
Un amor algo antiguo, ya tiene varios años, un amor seduciente, aquèl que deja las pantys botadas por las ventanas, la que se deja vestir sola en la oscuridad, aquella que sin necesidad de cantar sabe inventar. Es un amor posible e imposible. Que te explica los verbos estrafalarios de mi ser. Que te explica mi màxima forma de besar sin que nos hayamos besado mucho y mi tristeza sin que la percibieras. Ese es mi amor, algo caótico, servil, humano. Humano, porque tiene pelos por todo el cuerpo, servil porque se presta a mis caprichos imaginarios, caótico porque sientes sobre la piel la ebullición de mi corazón. Pero mi amor, no exclaviza, solo idea encuentros desencontrados, casualidades impensadas, en medio de nuestra mesita alegra, donde conversamos.
Aunque digas que sueño mucho porque estoy enferma, creo que es mejor imaginar este amor, en cada sueño infinito que mi cerebro fabrica, para desengachar el dolor que està camita de hospital me impone soportar en silencio. |