Rosa la ví, rosa la cogí, pero cuando llegué a casa negra estaba porque no la atendí.

Flor que naces sin que nadie te ame, si tan solo desde tu tallo alguien te quisiera, tus pétalos de sangre abrirías a ese quién te amó.

No existe un amor igual al que desde el nacimiento se siente, cuanto más amados seamos, mejor creceremos y más felices y bellos nos encontraremos.

Existe un agua y un sol, una madre y un corazón, pero también existen amigos que nos hacen creer y crecer en el amor.

Cuando ya creciste, alguien toca de nuevo en ése tu más íntimo ser, hirviendo tu sangre también, aquella que recorre todo lo que tú eres haciéndote sentir que te vuelven a querer.

A eso se le llama amar y entonces el tallo vuelve a recordar que cuando empezaba a crecer ya lo amaban también.

Ama y deja a la rosa nacer, crecer y abrirse al sol, porque no existe nada más bello que el campo tratado con amor, cada una de sus flores huele a libertad, huele a tierra querida y a dignidad.

Marcha de ese lugar dejando empapado en el mismo tu originalidad, para que siempre que vuelvas aquella rosa te pueda recordar.

Ama su tallo y tendrás la rosa más linda de todo el lugar.

Escrito por Carlos Them

© Copyright Carlos Them 2012. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved.