Mundos que se formaron
en las glándulas de mi cabeza,
gente que se extrañaba de mi rareza
y los vuelos de pájaros
habían frecuentado mis años,
más el hombre fue mutando lo agradable,
prohibió, masturbó, prostituyó
y se han visibilizado los tajos.

Malditas historias de épocas
que trajeron la mediocridad
y taparon con oscuridad
donde antes había soles,
se han convertido en veneno las flores
y el polvo cubrió las fibras del alma,
alma empobrecida
extremeciéndose ante los brillantes colores,
que en otra vida nos han sonrojado.

Tiempos crueles,
fotografiando silencios,
recortando inocencias,
rostros que se han ido
y otros que abren como dagas la conciencia,
agudos y fluídos dolores
en el nunca más de diluvios interiores.