PANORAMA
Es volando como mejor perspectiva se puede tener de un panorama, abarca en círculo los 360º de visión de manera instantánea, haciéndote cargo de lo que ves y pudiendo tener un juicio más justo y abarcativo de lo que tienes ante tu mirada.

Sugiero el vuelo para este panorama que deseo recorrer con quien me lea.

La CRISIS, la famosa y presente crisis que algunos juzgan tan sólo de económica y que, desde cierta altura, adquiere una mayor dimensión, no es sólo de los países que en estos momentos la padecen de manera más acusada, es de dimensión mundial.

Crisis semejantes a la actual han desembocado en guerras en épocas no tan lejanas, hoy precisa de solución menos drástica y cruenta, más inteligente.

Durante décadas, ha habido una porción de sociedad que miraba con admiración y deseo a la otra, a la más avanzada económicamente y han seguido sus pasos tras ella para alcanzarla.

En algunos lugares se alcanzó y proliferaron los rascacielos, el lujo, las marcas que distinguen a los ricos de los pobres, otras, más rezagadas, siguen sus pasos habiendo conseguido ya una “HIGH SOCIETY” como inicio, es la cabeza del ratón que ya asoma por el agujero que le separa de la trampa del queso, el resto del roedor aún está situado en las 60 hs de trabajo semanales, explotación infantil, grandes atascos en las horas punta de entrada y salida del trabajo; son las llamadas sociedades “emergentes” cuya mayor prosperidad consiste en tener un vehículo utilitario y un diminuto departamento, trabajar los miembros adultos de la casa entre 10 y 12 hs. diarias, incluidos sábados y así poder dar cauce a su amor, que se traduce en hijos, cuyo tiempo diario en la escuela y lejos de los padres es tan excesivo que carecen de lo mínimo indispensable en cuanto a cariño, lo que les formará dentro de la frialdad de sentimientos y falta de valoración de la vida, sus abuelos necesitan trabajar en negro para cubrir un mínimo sus necesidades, ya que su jubilación no da para subsistir. Los gastos sanitarios y medicamentos por cuenta propia y quince días de vacaciones al año.
Sólo los más listos y los menos escrupulosos están en la cabeza del ratón aguantando estoicamente la presión que sobre la espalda e intestinos ejerce el cepo de la ratonera. Todos están destinados a morir, son ratones.

El mal llamado primer mundo se apoya en los menos desarrollados (globalización) para su progreso y si estos caen, también ellos. El capital sólo se alimenta de capital y fagocita sin piedad ni escrúpulos, hasta que el círculo vicioso se rompe, como ya es el caso en algún país y el juego de trabajo, capacidad compradora y fabricación pierde uno de sus eslabones y se desploma el sistema.
Pero existe vida después de la vida y aquellos que fueron parte del ratón en una vida, renacerán en otra de diferente modo. Porque nada queda impune y todo se transforma.

Se desintegró el comunismo a ultranza y, de igual manera, se está desintegrando el capitalismo, eran las dos caras de una misma moneda. La sociedad avanza inexorablemente y progresa sin cesar, es una Ley de la Naturaleza que, nos guste o no, nos viene impuesta, a pesar de nuestro libre albedrío.

Nacerán nuevos paradigmas que abrirán cauces nuevos de mayor justicia social donde se cree mayor igualdad entre los seres humanos en su trato, aunque existan diferencias en sus capacidades, mayor comprensión de las debilidades ajenas y propias, a la vez, mayor compromiso de asistencia y exigencia de superación a los más débiles. En definitiva, mayor solidaridad y compromiso social de quien más capacidades tiene con quien menos. Donde las retribuciones serían por acción hacia los demás y no dinerarias, de ese modo todos tendríamos acceso a vivienda y alimentación por derecho propio, por ser seres humanos y la riqueza sería el prestigio conseguido por la capacidad de ser solidario. De este modo, tendiendo a la exageración, siempre existiría quien querría ser más solidario que ninguno y tener más reconocimiento que los demás, que eso también habría de corregirse, pero la vivienda y la comida estarían garantizadas, así como la educación y la sanidad pública para TODOS.

Se desterraría cualquier tipo de violencia que impidiese a individuos o pueblos a desarrollarse en libertad y paz, así como todo tipo de lucro económico porque no existiría el dinero sino el reconocimiento social, este sería el estímulo para el trabajo, no dejando que la ociosidad incitase a la rebeldía y a la desarmonía.

La docencia la impartiría el mejor preparado, su mérito consistiría en tratar a los niños como la mayor riqueza de cada país, así que su pedagogía y conocimientos estarían a la altura del valor que la sociedad da a su descendencia.

El respeto a los maestros vendría dado por el reconocimiento a su valía, a su trabajo en las aulas. Estos maestros tendrían reciclajes periódicos para evitar que decrecieran sus cualidades.

Los parámetros de convivencia entre los alumnos estarían marcados por el respeto a los otros, el estímulo a la solidaridad, la comprensión hacia los débiles, lo que no excluye el acicate para que estos se superen y la valoración a los demás y a la vida misma, premiando con reconocimiento el comportamiento con los demás y la renuncia a la competitividad.

Las humanidades serían de tanta importancia como las matemáticas y el tiempo libre entre días de colegio, aprendiendo a responsabilizarse en pequeñas asambleas sobre los problemas grupales, para tomar el hábito de resolver las situaciones conflictivas del mismo modo en la edad adulta.

Esto evitaría liderazgos individuales perniciosos, o lo que es lo mismo, estar sujetos a las debilidades de un solo ser humano.

No debemos impacientarnos porque este proceso será lento y doloroso, será el parto de una nueva sociedad basada en la responsabilidad individual y colectiva, la cultura y la solidaridad, pero es seguro que las generaciones jóvenes de hoy podrán vislumbrarla. Será un nuevo paso evolutivo de la humanidad. Hoy es una esperanza.

Valencia 23 de octubre de 2012
Juan Antonio Torrijo Latorre