Nubes eternas, murallas de fuego en el atardecer. Montañas oscuras, hijas del dorado resplandor en sus espaldas. Yo pienso y pienso, respiro, maldigo y siento. Pero jamas de mi mento logro apartar. La imagen de tus hermosos ojos negros fulgurar. Hermoso angel, atrevida musa. Hija de las perlas, de palidos labios rosa coral. Niña mia, niña del mar. En el oceano insondable de tus labios, los mios quiero ahogar. Gracias Miguel Angel.
Texto agregado el 22-10-2012, y leído por 161 visitantes. (2 votos)