frente a la ventana, en el séptimo piso, una taza de café en la mano, las piernas cruzadas, y la mirada fija, espera el atardecer, tiene la certeza es una de las pocas que llegan, y es solo el intermedio
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y una voz de hombre de escucha afuera, deja el café en el suelo, el cuarto blanco, la silla donde se sienta, se arregla con las manos el pelo, el vestido, el la besa, le levanta el vestido, ella se imagina como seria si el le hiciera el amor, la mira acostada, la besa en la frente, el celular,
- es mi esposa lo siento.
- mañana a las cinco?-pregunta mientras se pone los aretes.
- a las cinco- es de noche, el se va, ella tiene que irse.
desayuna junto con su esposa, el en una junta de negocios, la esposa le habla de la cena de esa noche, ella sabe que el no ira, y que tampoco es buena idea aparecerse en la fiesta, se despiden, las dos tienen los mismos aretes, se ríen de su coincidencia, ella se desmorona por dentro, agradece la invitación, se disculpa.
- tengo una cita a las cinco.
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