Frío y obscuridad contemplan una lejana estrella, pálida y siniestra allá en el horizonte ancestral. Dos cuerpos en movimiento se aproximan uno al otro, mientras una niebla sepulcral se desprende de un suelo, donde lápidas negras y mohosas acechan como licántropos a una hermosa y perdida doncella. Al aproximarse el uno al otro, se nota que los dos son pálidos, y que tal vez fueron seres humanos. Uno es de estatura baja, cabello un poco largo, mirada melancólica, como si estuviere viendo alucinantes dramas de amadas muertas. El otro es de estatura alta, delgado, seco de carnes en el rostro, y con una mirada fría, haciéndole honor a las ancestrales figuras hieráticas de los egipcios. Son dos...los únicos dos que viven en el abismal mundo de lo terroríficamente desconocido. -¿ Qué tal Lovecraft ?-saluda el de estatura más baja, extendiéndo su fría mano hacia el de estatura más alta. -¿ Cómo has estado maestro ? responde el otro, tomándole la mano en el saludo. -¿Por qué me dices maestro, si sabes que llegastes a ser un escritor tan grande como yo, por ende, tan maldito como yo ? -Eso es cuestión infinita de opiniones y críticas-responde al que llama Lovecraft-, pero sin tu inspiración, dudo mucho que mis relatos hayan tenido esa atracción febril de la que algunos dicen tener. -Tu creación está alejada totalmente de los temas de mis relatos-replica Poe- y por ello, no pude haber sido tu inspiración, tus relatos distan mucho de los míos. -¿Cómo podrías diferenciarlos, por mis monstruos, por mis bestias existentes, lejanas a lo psicológico de tus historias ?-expuso Lovecraft: -He aquí un ejemplo: los únicos monstruos a los que yo hice alusión en algunos de mis relatos, fueron un gato negro, mientras que tú creaste muchos seres de otros mundos, y mejor aún, de otros universos en el espacio y el tiempo. -Eso no es suficiente-plantea Lovecraft- sabes bien que eres un crítico exepcional, que no se deja llevar por las simples apariencias o argumentos sin peso evidenciado. -Creo que confundes a mi persona, con mi personaje Dupin, el inspector Dupin-replica Poe-y ello es algo de cuidado. -No los confundo-argulle Lovecraft-en vida, fuiste uno de los mayores críticos de escritores de tu tiempo, y hacías bajar a los ennublados literatos. -¿ Y tú ? Qué hay del genio que siempre tuviste desde niño, cuando leías El Gran Dios Pan, y a los quince años escribiste "El Ser en la Caverna", relato de maestro, escrito por un niño. -Es una virtud que muchas personas poseen-dice Lovecraft-por lo que no veo diferencia mayor. -Un escritor, y más aún, un escritor que explote el terror en sus relatos, los vive, porque no hay mejor vivencia que lo creado por la imaginación-plantea Poe.
Seguirá... |