Tus ojos hablaron por vos. Buscaban los míos, como un espía apasionado. La noche tampoco hablaba. Estaba callada, silenciosa. Mis extremidades temblaban y mis manos deseaban las tuyas. Mi amor, incurable hacia vos, alimentaba, como a un hambriento, mis ilusiones.
Las palabras sobraban. El destino, a veces bueno a veces maldito, nunca nos puso precaución. Una distancia infinita, de medio metro, dividía lo ya anunciado. Todo estaba previsto de ante mano. El amor es progresista. Es un niño que se deja llevar por instinto, de las manos.
Trágica noche para mi corazón enfermo. Destinado al destierro. Todo fue tan de pronto. Sin anuncios previos, sin pensar, sin vacilar, sin rechazar, sin temores, sin medidas. Cada vez que me amas me vuelvo significativo. Deseable, irresistible.
Hubo amor. Pasión. Deseo. Sueño intacto de intentar volver.
Anoche me visitó el amor. Hoy desperté solo.
@Mauricio Muro |