El sol desafío a las estrellas con su mirada de fuego. Desde el fondo del silencio vocifero con su voz de trueno. La luna que dormía tendida en su hamaca nupcial, miro de soslayo a su señor. no omitió ninguna palabra solo elevo su curvatura y comenzó a rodar escaleras abajo buscando a las estrellas que huían despavoridas, cuando pudo juntarlas a todas formo un redondo collar de estrellas, y así, con esa rueda del mundo llego a su majestad que yacía dormido en silencio sin oscuridad.
Sus rayos lastimaban más y más. El fuego sofocaba al conjunto de estrellas, pero la luna no se amilano. Lanzo desde su matriz de luna una gran bola dorada brillante, inalterable, que pego en los rayos de su majestad quien despertó enojado buscando al culpable de esa osadía. Cuando pudo distinguió a tantos rayos azules y celestes profundos, junto a la doña luna casquivana y plantada frente a él con aire de reina. Decidió hacerle el desmayado eso le convenía… solo dejo entrever con su sonrisa de fuego que el no diría nada más, desde ahora en adelante que se fueran a brillar por el mundo tranquilas. La luna lo miro, en su mirada dejo impreso su malestar y le comunico que no aceptaría nunca más ese trato, y se alejó de allí casi derretida, pero sabiendo que su triunfo seria por la eternidad.

Para todos los niños. Y "niños adultos" de los cuentos net.


MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI