Así se explica: Se lo arranca de raíz, vivo y sangrante. Se lo pone en la mesita de luz, y se lo observa de lejos… de muy lejos. Pero entonces se lo escucha latir… latir y latir con desesperación. Y sangra, y desangra. Y desgarra, y acalambra, y desarma… y no existe letargo para que no duela.
Y entonces uno quisiera cerrar los ojos ¡y no verlo más! pero resulta que ha quedado atrapado entre las cejas, y uno intenta gritarle ¡que se vaya! pero ha quedado atrapado en la garganta…
Y sangra, y desangra. Y desgarra, y acalambra, y desarma… y no existe letargo para que no duela.
Y entonces uno intenta arrimarse, despacito, con cuidado, sin pedir permiso y en silencio, tapándose los ojos para no ver, y los oídos para no escuchar… pero de igual modo se lo escucha latir y latir con desesperación. Y sangra, y desangra. Y desgarra, y acalambra, y desarma… y no existe letargo para que no duela…
Así es el amor no amado. Así se explica…
|