el doctor me dijo que contaba con pocos meses de vida... un hondo pesar llegó sin parar... salí a la calle y con los resultados en la mano, me puse a llorar... un hombre se acercó y cuando le vi los ojos, le abracé profundamente... no sabía adónde ir, pero, caminé y caminé, como quien se arrastra por un poco de vida...
llegué a casa y mis hijos me recibieron, mi esposa también... nadie sabía nada... me senté en la mesa, rezamos y luego, les dije que estaba contento...
gracias señor, dijeron todos...
les miraba y de mis ojos brotaban lágrimas... qué te pasa, me dijo mi hijo menor... nada, le dijo, estoy contento...
terminamos y luego de despedirnos, salí al trabajo nocturno... tomé el auto y antes de partir, me detuve... ¿qué haces?, me pregunté... luego sentí que debía hacer todo aquello que me hiciera feliz, hasta el final de mis días... eso hice...
me gustaba mi trabajo y lo hice muy contento, tanto que la gente se dio cuenta... ¡qué te pasa!, dijeron... nada, voy a morir, respondí... todos rieron y siguieron laborando hasta el amanecer... salí y me puse a ver el tierno amanecer de mi ciudad... los claros cielos parecían ser más tiernos... las aves se acercaban hasta casi tocar mis manos... la gente me miraba y yo les sonreía... voy a morir, pensaba y todo es tan bello... entré a un bar y pedí un café... una bella jovencita se sentó frente a mí y me sonrió... me acerqué y le dije si podía sentarme a su lado... sí, respondió... le dije que era muy hermosa... ella sonrió, se puso colorada y me dijo mentiroso... le cogí la mano y le di un beso en los labios... ¡qué rico!, sentí... ella me miró a los ojos y dijo que era el beso más lindo que había tenido... gracias, me dijo, luego se fue... regresé a mi casa y todos estaban durmiendo... mi mujer estaba preparando el desayuno... la abracé y le dije que la amaba... yo también, respondió... iba decirle la verdad, pero, para qué...
aquella noche tuve muchos sueños... y todos feos... me levanté a media noche, caminé por toda la casa y del fondo de uno de los rincones de la cocina escuché una voz... "ven", me dijo... me acerqué y pude ver que era un puntillo de luz, así como una nube... ¿qué quiere?, le dije... "ven, ven, ven...", repetía aquella nube blanca... me acerqué y pude pasar por aquella nube y vi cosas sin nombre ni forma, pero, sentí tanto amor, tanta belleza que quise quedarme para siempre allí... qué lindo es esto, pensaba... cerré los ojos un instante y vi que estaba en el suelo, rodeado por todos mis hijos y esposa que trataban de levantarme... yo les miraba con tanto amor, pero, no podía hablarles, tan solo quería regresar a esa nube, sólo eso quería, solo eso, solo eso, eso...