En las noches cálidas de verano se mecen los árboles
Impulsados por la brisa fresca que viene soplando
Las hojas cual manadas de tiernos gamos, se esparcen
Dejando a su paso un tenue aroma a fresca hierba.

Mientras a lo lejos se escucha el dulce canto del zorzal
Y en las sierras la luna llena las corona con su esplendor
En esa gran agreste soledad, la brisa se hace canto
Bajo un cielo tachonado de alegres y brillantes estrellas.

Brisas, brisas, que ungen nuestras vidas y de placer estremecer
Más de pronto una leve calma, se aquieta como en reposo
Pero solo es un lapsus, y todo a nuestro entorno la brisa está
Se estremece el silencio, se aquieta nuestra alma, dándonos paz.

Ray