Dulce rostro arrebolado te veo, solo yo caminando, bajo ese rojo fugaz. Eres linda, o por lo menos lo eres en ese instante morado no finjas mas, y !vive el amarillo! mis plumas reflejan la paz resfrescante de tu atardecer... y ahí estoy yo, feliz de recibir aquel regalo
Texto agregado el 12-10-2012, y leído por 180 visitantes. (0 votos)