Utopía

Hoy te encontré,
entre cientos de almas,
seguí tu aroma por las calles,
en un loco deambular sin esperanza alguna.

Cruzamos las miradas y noté una distancia insalvable,
mi ilusión , tan cercana y fuerte tras nuestra cita,
se alejó rauda y rota en mil pedazos
que se clavaron como astillas,
lanzadas por tu desdén,
en lo más profundo y débil de mi ser.

¿Qué fue de nuestros besos?,
¿De tus caricias al alba, mirando al norte?,
¿Qué fue del roce de mis manos en tu talle perfecto?

Tal vez no vuelva a ver tus ojos,
puerta a parajes desconocidos y bellos,
donde el tiempo no existía,
donde un instante era una Vida sin muerte,
sin dolor.

Tal vez la seda de tu cabello
no vuelva a discurrir entre mis dedos,
como un arrollo limpio y claro,
lleno de estrellas y luces nunca vistas,
Olimpo en el que Tu eras la única Diosa,
mi Diosa, la mejor entre todas.

Tal vez mi vida sea una ilusión,
un recuerdo de un alma solitaria que me imagina…

Tal vez tu tampoco existas,
y solo seas un holograma hermoso e intangible,
que mi cerebro loco imaginó,
junto al mar, con el opio del salitre
y los cantos de gaviotas…

Flor, si existes, escucha mi canto,
vuelve y hazme sentir de nuevo la felicidad,
hazme caminar junto a ti,
sin hollar la arena,
levitando en la marea baja,
viviendo…