Que se abran las ventanas y el frío azote mi versar, que las estrellas titilan, las gotas han parado de caer del cielo y mis ojos toman su puesto. Me querello contra mi sentir, que otra vez no tomo en cuenta a mi pensar, y derrumbando la pared de mis creencias, ha forjado una casa.
La chimenea se derrite al igual que mi corazón siente la perdida de la experiencia. Esa que me ha enseñado el azar y con el “rey de copas” me sentó en su regazo.
Los bastones jugaban a ser espadas y el silencio se construía verso a poco.
“Hago los 15 en mesa y me llevo los cuatro oros, mientras tu te haces al olvido y me recuerdas”
El frío hace tiritar mis ojos, formando estalactitas en él. Así recuerdo el último encuentro, tu ya mayor y la experiencia se notaba en tu piel, "nunca antes té vi". Cuando nuestras miradas se cruzaron aquella tarde de sol, juraste antes tus creencias que mi venida ya había sido, y sin entender la interrogante fue batida por el sentir que penso que así era.
Mi despedida fue una augurio y más cuando sacaste de tu billetera el santo que callaba nuestro encuentro normal, recuerdo las palabras que prevenían mis enfermedades y las mías que en secreto se aferraban hasta siempre a tu corazón.
Fue hasta esta semana, cuando el cielo comenzó a llorar las gotas me hicieron meditar el cómo podrías tu jurar nuestro encuentro, sabiendo que yo estaba a mil kilómetros. Como siempre la respuesta la tenia mi estrella gemela que en el infinito yace. Lo que yo no podía hacer, tu me hiciste creer y pase todas mis horas desdoblado en tu apogeo.
Abristeis los ojos y yo te acompañe hasta la entrada, sabía la hora y la llamada, notaba el crepúsculo de energía que permutaba otra vez, y el réquiem que en mi cabeza comenzó de mi natalicio. Mi sangre espesa tenia tu negrura, mientras la poesía es el paso que de mortal no di antes dejando esperar la lluvia, dejando que formes otra estrella...
......A ti una gota negra llevaré en mi pálido.....
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