Fuego en la sangre,
pasión avivada,
renovada,
besos que como brasas de fuego ardiendo,
hacen que cada pedazo de mí ser
resurja del más frígido éxtasis.

Pasos enardecidos por ese danzar,
por el danzar de silencios,
danzo hacia tu vivir,
brisa en tu caminar,
brisa de pasión
déjame ondear mis manos sobre tus recovecos.

Paso a paso siento tu llegada,
como temible agua desbordada,
que inunda mis sentidos,
mis latidos,
mis quejidos
esos que me hacen enarbolar cada deseo,
deseo vivido,
deseo olvidado
pero vuelve como torrente de agua helada
que se posa en mi sien.

Siento mi cuerpo despojado,
sobre piedras porosas,
que llagan mi cuerpo,
mi cuerpo poseído por ti,
piedras que me hacen despertar,
despertar más muerto que vivo,
en una nauseabunda vida
fría y olvidada,
olvidado,
desesperado
sin nada.