Mujer que te creías especial, porque para alguien así lo suponías.
Creíste encontrar la fórmula perfecta, para dejar tus decepciones congeladas.
Empezaste a resurgir de tus cenizas, a pensar que los colores pueden ser alternativos.
Que lo importante hay que cogerlo con los dientes, sin reparar en las marcas de los mismos.
Cuando sientes que todo está es su sitio, que lo que hay, es todo lo que quieres.
La realidad amenaza en tu ventana, llamando tu atención apresurada.
Gritando a través de los cristales, que una vez más la decepción ha despertado.
Y como el agua se escapa de tus manos, ese alguien se aleja a paso largo.
Dejando en sus huellas sensaciones, de que todo ha sido imaginario.