“CUANDO QUIERAS, DONDE QUIERAS…
EL SITIO QUE MEJOR PREFIERAS.”
¡ Y TODO GRATIS ! - III PARTE - FINAL
3.- En medio del jardín silvestre al final de la montaña en un claro del bosque, asomo mi mirada, sin emitir ruido, movimiento, nada... y contemplo asombrada en un rincón de un tronco caído, entre ramas, hojas y cortezas secas… un nido de orugas, como si un hada traviesa las hubiera dejado quietas esperando la mágica mañana.
Y observo de un lado a otro... nunca había visto flores tan bellas, tan diversas, ¿qué lugar es este que mi vista contempla?.
Alcanzo con mucho cuidado una de ellas y sus pétalos casi transparentes…me dedico a verla. Pienso si la toco... es tan frágil, podría romperla. Y la acerco a mi rostro y la tersura de su pétalo es como terciopelo brillante.
Y su aroma, su aroma es indescriptible, ni el mejor y más caro perfume se le puede igualar… ¿A, Jazmín, Magnolia, Ciclamen, Madreselva, Naranjo…? ¿A Maderas, Almizcle, Lavanda…? ¡No lo sé! ¡por Dios! podría estar toda la tarde acá sin poder descubrirlo... ¡No lo sé! ¡no lo sé! sólo sé que es exquisito.
Y su color ¡y los colores! Pienso... Acá debe nacer seguramente cada Arcoiris que a la tierra llega, ¡sí, seguro es aquí! En mi vida había visto tanta variedad de colores y ¡tan nítidos!.
Un movimiento distrae mi mirada,... y quedo atrapada, embelesada... cada una de las orugas que definitivamente pienso un hada dejo olvidadas, comienzan a salir de su capullo, de su sueño... y aletargadas comienzan a extender sus alas...
¡No puedo creerlo! en pocos segundos me tienen rodeada y avanzo sin darme cuenta, como por ellas hipnotizada... Juguetean a mi alrededor y parece que fueran un millón. Extiendo mis brazos y con mis manos pretendo tocarlas, pero ellas sin ánimo de alejarse, se posan en mis dedos, en mi cabello, en mi cuerpo… y revolotean haciéndome sentir que soy una más de ellas…
Sólo al verlas partir, alejarse de mí, me doy cuenta que me han dejado en medio de ese jardín, rodeada de aquellas flores que ahora una suave brisa las impulsa a moverse y me hacen sentir como si estuviera en un mar de colores… que parece encantado.
Y siento que soy parte importante del lugar. ¡Seguramente lo soy, para que se me permitiera vivir este magistral momento!
- Un sonido abrupto, chilló, hizo que diera un salto en la cama...
- La alarma del reloj que cumple puntualmente su trabajo, sin dar tiempo a quitarle ese derecho, se ha escuchado casi por todos lados y aunque dormida no estaba, porque despierta soñaba…
- Me senté, bajando los pies al suelo… y la sensación extraña parece haberse ido. Ya ni siquiera recuerdo si era mi cabeza, mi estómago o simples nervios.
- Respiro ahora el aire fresco de mi real mañana, y aunque hay un jardín bajo mi ventana, es olor a humo, del cañón de la estufa de la cocina, que me indica que todo vuelve a la rutina.
- Pero mi alma se ha renovado… estoy tranquila.
- Entonces, de pie frente a la abierta ventana, sintiendo la brisa mañanera, elevé una oración de gratitud a quien creó lo que mi mente vislumbró. A quien me permite imaginar, sentir y volar con las alas de los sueños a esos lugares, a esos instantes en que todo es magnífico, perfecto, único, y eterno... porque puedo pasearme por ellos el tiempo que yo quiero, así líbremente y volver una y otra vez, encontrando la paz, que tanto aveces se vuelve necesidad… Y todo esto… ¡gratis!
- Gracias Dios.
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