Con acordes de tango cansino,
y deseos de prolongación eterna,
(cuestión de distancia en tiempos),
Como inevitable deseo en llamas,
alguien cantaba suavemente,
en esas noches de memorias,
laceradas palabras lejanas,
ideal oscuro de viejos amoríos.
Plasmando en letras, como un juego,
una despedida de alguna amante,
desenamorada, y nada más.
Retrato de un amor distante,
una y mil veces tenido en un adiós,
que la embriaguez de su ausencia
tornaba en sorda realidad.