En la barriada de Santa Rosa, en la calle Huerta, conocida como el arroyo de la manteca, una calle tormentosa y la única sin pavimentar, en la cual el drenaje seguía su curso al aire libre, un agua de colores y una peste de los residuos humanos le hicieron ganar su buen mote; en la cuadra donde cruzaba el arroyo era zona de talleres mecánicos, bodegas y corrales de gallinas y un que otro borrego, además estaba la vecindad de Rocky, todas eran construcciones antiguas de adobe, en otros tiempos fueron casas de buen ver y se comentaba que había un manantial que surtía a todo el poblado del cual brotaba un arroyo.
Para entrar a la vecindad, la cual fue parte de una casona de hacendados, no había puerta era unos arcos que se era entraba por un zaguán oscuro muy largo, con pisos de tierra, sus paredes parecían verdes y tonos sepias por el transcurso del tiempo, rayadas de nombres con marcador y espray, la 12 =R=, El Monchito, la Susana =C= el Caníbal es su padre y otros escritos que no se podían descifrar, el olor del arroyo de la manteca se fusionaba con lo oscuro del zaguán despidiendo el olor a pobreza, al salir del mismo, había un patio en forma de chorizo y muy largo, de un lado se veían puertas y ventanas de las casa y del otro, solo era una pared de adobe pintada de cal, pasaban uno varios cuartos hasta que se llegaba a las letrinas de la vecindad, ahí había una puerta tosca de madera que llevaba a otro patio, en ese patio había una higüera enorme, y daba al cuarto de Rocky.
Rocky era delgado de cara de piedra, pelo chino igual que sus ojos, con tatuajes de corazones y un cristo llorando en su espalda, ahora era el puchador del barrio, vendía latas de mariguana de 10, 20 pesos, su técnica en envoltorios era perfecta y única tenia muy buen material, tenia clientela que llegaban desde la ranchería Juárez hasta batos de la villa, antes de ser un malviviente, tuvo sus glorias en el boxeo, todavía conservaba su figura, sin grasa y con cortes musculares, llego a concursar en los preolímpicos para los juegos de la URSS, pero por nepotismos no lo llevaron, quiso ser profesional, pero solo pocas peleas en el ring, ya que tenia un punto débil el estomago cualquier buen golpe y al suelo, así que se decidió a la venta de la verde, años de bonanza, mucha raza de la ciudad le caía a apañar, cuando iba al súper, llenaba su carrito con buen mandado, lo que causaba chismes y envidias de las viejas cotilleras, pero nunca lo delataron, todo mundo le tenia miedo, tenia esposa y dos hijas, la mujer era una belleza de esas que vuelve locos a los estudiantes, güera de ojos claros, una piel apiñonada, con una voz muy dulce.
Con la entrada de los carteles de la droga en el comercio al menudeo en la ciudad, las policías comenzaron una cruzada contra los vendedores que no pagaban piso, Rocky era uno de ellos, su carácter cambio a ser mas hosco y nervioso, la mujer comenzó a engordar, pero conservaba esa belleza inexplicable, se cambiaron de casa ahora por la calle cuarta, de hecho estaba destrozado por los nervios, luego se fue a la colonia dale en unos departamentos ya vendía la mota a solo unos cuantos, pero sus miedos lo hicieron que desapareciera del barrio.
Se contaban historias que lo habían matado, que la señora lo había abandonado por un militar, que se había fugado con Pablo Acosta (un narcote), que se había suicidado, que estaba en la cárcel en USA etc.
Paso el tiempo y un domingo estaba yo en una pizzería con una novia, y me encontré a Rocky andaba con otra mujer también guapa, platicamos me dijo que su mujer se había ido, que se había escapado del barrio por que la tira (policía) ya lo traía, y que ahora vivía por el norte y se dedicaba a la soldadura ya no aventaba latas, en ese momento un pedo sulfuroso de los mas apestosos hizo acto de presencia, nadie dijo nada y nos despedimos |