El incipiente origen de una obsesión.
El silencio acostumbrando a la nostalgia, esa triste nostalgia por lo que nunca fue, la inexistencia de una luz que me niega una distracción visual es tu escenario, has secuestrado mi tiempo y mi espacio mental, has consumido esos pulsos eléctricos cerebrales, esa corriente generada por ideas que nunca nacen, sé que no es amor, es deseo, es el anhelo de tomarte de la mano, de besarte en los labios. ¿Es una esperanza?, es temporal, es vana y ya ha sido prostituida, confundida por la incertidumbre, en realidad es hipócrita, es engañosa la esperanza.
Me han valido dos minutos para plasmar la evidencia de que nunca mas te volveré a ver y aunque la belleza de tu imaginado rostro acelere mi torrente sanguíneo, me has robado hoy otro tiempo, y aunque ínfimo, este tiempo ha sido tuyo.
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