Estaba parado, podía verme a mi mismo ahí, recostado, empapado en sangre y gente rodeándome. Yo estaba muerto. Veía escapar al conductor del auto que me había atropellado y gente tratando de reanimarme a pesar de que ya era muy tarde. Ni la cruda escena ni verme muerto me causaron sensación alguna, pero cuando vi a Destiny… sentí como si el corazón que no tenía se rompía.
Ella, mi novia (¿o ex novia?), lloraba a mares y entre sollozos repetía “¿Por qué no te avisé que venía un automóvil?”. Se abalanzaba sobre mí y no le importaba quedar manchada de sangre. La sacaban de encima e intentaban de tranquilizarla. Lo único que deseaba era decirle que aún no me iba, que seguía allí. Sólo… quería hablarle una vez más.
El día de mi funeral también estuve presente. Veía a todos llorando: mis padres, mis hermanos, mis abuelos, amigos… y a ella. “Sólo tenía 16 años” decían.
Destiny… quería abrazarla y decirle que todo estaría bien, que yo seguía junto a ella, pero no podía.
En casa, sus padres intentaban de tranquilizarla, animarla, le mencionaban que ella era joven y hermosa y tendría otro novio. Me dolía escucharla decir entre lágrimas que yo era al único que amaba.
Pasaban los días, las semanas, los meses… y yo aún seguía ahí, junto a ella, sin que Destiny se diera cuenta. No podía despedirme, si lo hacía no la vería más y me gustaba verla cada día, observarla dormir y despertar, acompañarla a la escuela, por las calles, a todo lugar. Estuve junto a ella en su graduación y me emocionó que en su discurso de despedida me nombrara. Luego de un tiempo, estuve junto a ella en su primera cita después de mi muerte. Me dolía pero yo era el muerto, no ella. Estuve cuando tuvo a su primer hijo 3 años después… y ahora ya han pasado 10 años desde que morí y yo sigo aquí, viéndola cada día, viviendo casada con dos hijos y satisfecha. ¿Saben por qué? Porque la amo, ella fue el amo de mi vida, la persona que devolvió la felicidad a mi realidad, la dueña de mi corazón y mi alma. Sé que ella aún me ama, lo sé porque cuando su marido duerme o no está, ella saca mi fotografía, la mira y le dice “Alguna vez me dijiste que si un día me faltabas, fuera feliz… y eso intento”.
Te amo Destiny y lo haré por siempre, desde un lugar que conocerás en mucho tiempo más y talvez nos podamos volver a encontrar.