Después de tantos años de tener esa idea en la cabeza, Luisa, quiso probarla: "Las palabras, son más que trazos de carbón. Cobran vida, crean, transforman, producen".
Para probar, escribió: "Hola", pero ni el eco del supuesto saludo se produjo.
"¡Hola!", reescribió, y todo seguía en silencio.
Era en vano. Se había decepcionado de las palabras, siempre las creyó sus amigas y la habían dejado sola. Sola, porque su primera creación a los once años, nunca cobró vida: Linda, una pequeña gnomo vestida con traje y zapatos color azul, como el cielo, risueña, tímida y gentil.
¿Que dónde se encontraba? Plasmada en letras y en la basura.
Después de revivir ese recuerdo y rodeada de un silencio aplastante, lloró.
-¡Las palabras carecen de vida! Vacíos trazos de carbón- dijo- Ya comprendí...
Sin embargo, y sin que Luisa escuchara, despertaba de su sueño una pequeña "personita".
-Hola- contestó con su voz tímida...
Dedicado al amor de mi vida, tú. :D
|