Es en Alfa, Beta o Delta donde hallo mi conciencia
y no quiero irme de allí.
Donde experimento el placer infinito de estar viva,
y mi espíritu reside sin ataduras, con alas en mi espalda.

Es allí donde no tengo nombre, ni pasaporte,
ni número de identidad.
Es la paz absoluta que me lleva al más allá de mi misma
en donde abunda el silencio y la luz suprema.
Donde el cuerpo vibra en la soledad, en el esplendor
de las almas andantes…

Es allí donde el espacio es sagrado e invisible,
y no necesito ojos, ni corazón, ni oídos porque
es la energía lo que me hace ser…

Donde todo es aire y vuelo, vuelo, tan alto
que siento que me oculto entre las nubes y me ahogo en el océano
de estrellas y astros que rondan a mi alrededor.

Atravieso el cuerpo que me limita,
la carne que me quema y el olor
a muerte que ronda con orquídeas en las manos.

OM, OM, OM…