Cómodamente sentado, hoy se encuentra el pescador
un cordel cuelga de la caña y desaparece en el mar,
en la lancha de motor va más o menos ligero
con la cerveza en la mano, pacientemente esperar
anticipando la acción que se encuentra en ‘trolinear’.
¡La cuerda se pone tensa, el gran momento ha llegado!
Calculando el momento, el hombre da fuerte tirón
asegura que el anzuelo quede muy bien enclavado.
El extremo del cordel parece estar ascendiendo
la superficie se parte cuando salta el gran pescado:
un esbelto pez-espada ¡Este sí que va a pelear!
El hombre atado a la silla asegura con las manos
la caña con fuerte cuerda. El pescado zigzaguea
desapareciendo en el agua. El pescador poco a poco
viene enrollando el cordel ¿Cuánto lleva la batalla?
Media hora u hora y media, ya se muestra en el aire,
es un hermoso ejemplar brilloso. Se calcula en la cubierta
pesará quinientos kilos ¡Que emocionante la pesca!
Ya está cerca de lancha y con un garfio se saca.
Se le cuelga de la cola y todo aquel que se halla abordo
toma la indispensable foto IFantástico este deporte!!
Cosa de una hora antes, dentro del azul del mar
un pez espada nadaba, parte de pequeña escuela,
era temprano en el día y buscaba sin cesar
peces de los más pequeños y poderse alimentar.
De pronto ve en lo profundo, extraño un pez que brilla
con diferentes colores, casi parece retar.
Se lanza con la boca abierta, lo alcanza, lo ha de tragar.
Una sensación muy rara, algo tira por los dientes
jalándolo más allá y luego, inmediatamente
fuerte dolor el que siente en la garganta o atrás.
Hace por tragar ¡No puede! Algo horrible pareciera
desgárralo por adentro mientras jala al exterior
Es un dolor increíble, forcejea el animal
mientras más resistencia pone, más agudo es el dolor.
Al salir fuera del agua ve extraña aparición
que flotando sobre el agua se le acerca más y más
Lucha y lucha sin cesar, mas es una lucha perdida.
El cansancio va invadiendo, ya no puede soportar
no le queda más remedio y se deja remolcar.
Viene ahora otro tormento, duro gancho en el costado
lo sacan fuera del agua, las agallas le palpitan
no puede respirar el aire, pronto se ha de ahogar
En extraña superficie y en su desesperación
azotando con su cola, mas nada ha de lograr.
Todo pierde su color ¡Adiós al azul del mar!
Adiós al frío del agua, adiós a aquel resplandor
que cada día gozaba a la salida del sol
Ha llegado el momento y el gran pez queda así muerto.
En ésto consiste el pescar cuando se hace por ‘deporte’:
Alegría en un extremo, orgullo, felicidad ¡La foto!
Al otro extremo dolor, gran pavor y sufrimiento
Euforia para el pescador y miseria del gran pez
que ahora se ha vuelto pescado
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