Alba tu despiertas antes, de los ruidos y pasiones,
vuelve tu luz calma y profunda,
Ante de todo lo viviente,
Y
culmine de luz.
Tu frescor llenan mi comienzo de vida,
El quieto naranjo, estrecha sus ramas, en las orillas,
Ya canta el gallo en su mágico rincón
no hay lugar de opiniones,
con los hombres y sus costumbres,
Mientras
Los ojos de los niños siguen el horizonte,
móvil de su propia altura.
Los valles permanecen en su entorno natural, y sonoro,
las aves van por el campo, sonoras, alas revolotean la tierra,
El planeta de nuestros corazones, es apacible,
Y llegan los animales mirando todo, con sus ojos de niños.
Húmedas flores enfilan el canal,
El sol ya ha dado su pincelada de color sin sombras,
El semblante de un sol,
nos trae esta mañana,
Alguien ha muerto en la aldea.
Las cosas domesticas se paralizan, y no tiene el rito de los día comunes,
La costumbre que todo es igual, cuando sin pausas,
con exactitud cotidiana, el hombre mira el mar que lo rodea;
Un silbido penetrante alcanzan,
los sentimientos.
Juan_Poeta |