Hastiado de reuniones que no resolvían nada, de personas con hambre y el transporte que no pasaba. Se cansó de guerras, dictaduras y miserias; especialmente de las cacareadas por el Nostradamus de turno. No soportó más la intolerancia, el maltrato, tantos derechos con nada de humanos. Se cortó las venas y se fue extinguiendo hasta dar un último suspiro con la última campanada.
Se suicidó porque no tenía fuerzas para vivir el mañana.
Texto agregado el 18-09-2012, y leído por 135
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