Era amado…eso creía y era feliz.
Bienaventurados los que tienen fe, los que habiendo aquietado el frio descansan en la bruma de los sentimientos como ebrios en una cantina, como mariposas al sorber el néctar de flores primaverales vuelan con ese rumbo soñado
Y sean dignos de lastima aquellos que todo adivinan y sean incapaces de sufrir los vértigos de un corazón abandonado, el que odia los hechos y las palabras que las traducen, aturdidos por sus propias heridas, perdidos en crueles encrucijadas en un desierto helado y vano.
Bienaventurados aquellos que se permiten olvidar.
Y lo logran
Texto agregado el 18-09-2012, y leído por 234
visitantes. (5 votos)
Lectores Opinan
21-09-2012
Ijole! Ahora comprendo mi des aventura. CArajo! rhcastro
18-09-2012
Amén! tu reflexión es muy buena... silvimar-
18-09-2012
Sentimientos de profunda filosofía de vida, de existencialismo. nonon
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