El ser humano acarrea con dos cruces.
Una cruz pertenece a los sentimientos ó lo que lo mismo al ser espiritual y la otra cruz a la parte material, o sea, a nuestro cuerpo humano en sí, a la salud de cada uno de nosotros.
Ambas cruces en principio no son las que se llevan a la espalda.
Esas dos cruces se unen en una sola, más grande y pesada de llevar, que es la que en verdad viaja siempre con nosotros.
Esa cruz grande, pesada y dificil a veces de arrastrar es la que vamos transportando por un camino nada amigable lleno de polvo y piedras que nos hacen tropezar, levantarnos y volver a tropezar de nuevo una y otra vez.
La cruz se divide en dos partes, una es el cabecero que como indica la palabra es donde descansaría nuestro Yó y debajo de dicho cabecero estaría nuestra parte humana corporal, la que siempre vamos arrastrando por dicho camino.
Por otro lado hay que añadir que cuando morimos la cruz no pesa igual y eso como todo tiene un por que, el alma, comprobado científicamente, ocupa su lugar.
Cuando una persona está a punto de morir se la pesa y unos minutos después de expirar también.
El resultado en esos pocos minutos es muy importante puesto que no ha podido perder ese peso en tan poco tiempo, eso significa que en ese ahora falta algo que antes había dentro de ese cuerpo.
Los médicos forenses y los científicos después de varias pruebas realizadas, se dieron cuenta de esa carencia de peso nada más morir, apuntando que eso que llamamos alma, tiene su cabida dentro de nosotros y que en verdad nos abandona en ese momento de la expiración.
Observemos que lo dice la ciencia basándose en pruebas y resultados.
¿ El alma pesa ?.
¿ Como viaja el alma a través de ese tunel oscuro y a esa velocidad como cuentan ? ...
Misterio que aún no sabemos, pero que como lo descubierto anteriormente, tal vez alguna vez podamos saber.
Escrito por Carlos Them
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