Disfrutaba de un buen café mientras pensaba en algo para escribir. La verdad es que nada se acercaba ni tocaba su mente a esa hora tan lejana de la madrugada. Nada excepto sus ganas de encontrarse a sí mismo en inspiración. Miraba constantemente al techo y a la ventana buscando quizás estrellas falsas que lo acompañaran. Un sorbo más y se delató, encontró la verdad en su cabeza: se había enamorado de algo que jamás podría tener. Algo que estaría presente siempre pero nunca tangible. Algo que lo estaría persiguiendo por el resto de su vida y al mismo tiempo, de ningún modo, lo alcanzaría.
Se rió de sí mismo, sonrió un poco sarcástico y se paró de su mesilla. Caminó a la puerta en dirección a su habitación. Suspiró al saber que la inspiración tenía nombre y edad, pero no un cuerpo físico para tocar. Se sintió alienado al sentarse al borde de su cama. Respiró un par de veces y tomó el teléfono. No eran horas de llamar, pero alguien merecía saber la verdad.
Una contestadora atendió al otro lado del auricular. Dejó su mensaje y se echó a dormir.
Pasó bastante tiempo antes que se dieran cuenta que ya no estaba vivo. Años. Lo encontraron ahí deshecho, en sus ropas maltrechas y podridas.
Olvidó despertarse dicen... Olvidó como aferrarse a la realidad, dicen también.
La grabación la encontraron mucho después. La investigación respondió que no había ninguna relación entre él y el número donde quedaron grabadas sus últimas palabras. Pero si de algo servía las presentarían en fiscalía para optar a una investigación más minuciosa, lo cual hicieron.
Es raro hablar de esto hoy. Más de 40 años han pasado y la investigación jamás tuvo un final. O al menos eso creo. Me retiré de ella hace ya bastante tiempo. Disfruto de mi vida en mi casa, con mi esposa. Mis hijos que muchas veces me vieron quedarme noches completas leyendo y analizando papeles, viven afuera y me visitan un par de veces al año.
Es extraño vivir de esta forma sin encontrar solución a algo que te inspira tanto. Escribir estas palabras, por ejemplo.
Ah, olvidaba algo, sus palabras fueron "Lo sé ahora, voy hacia ti, espérame y te encontraré, Min".
Se trastornó con un personaje de sus historias. La imaginaba varias veces, conversaba con ella, y muchos de esos diálogos están repartidos ahora por el país. Muchos coleccionistas quisieron mantener guardados esos textos, tanto en originales como en sus versiones editadas.
Quizás esta declaración sea el fin del caso, dicen que no había sospecha de nadie, nunca hubo químicos ni ningún tipo de enfermedad fulminante. Sólo se durmió y ya. Quizás también esta sea la única forma de como unir la realidad y la ficción. Soñando.
Min, jamás existió. Des la buscó por todos lados y el único lugar donde la encontró fue en sus sueños. El número que marcó, pertenecía a una casa abandonada. La grabación quedó en manos de la policía. Ni yo sé si realmente ese fue el mensaje real, pero en cierta forma, sé que él era. Reconocería su voz en cualquier parte.
Bueno, los dejo con esto, sé que no es la mejor noticia que les he dado. Pero bastante gente me ha preguntado qué fue lo que sucedió con Des.
Lo del bolso y lo que ocurrió con Q. y D. en el hotel, tampoco tienen mucho que ver con esto. Ya estoy viejo y no me quedan muchas historias que contar. |