Fuera de ella, las madrugadas más grandes, árboles torcidos, callejón estrecho. Para la pregunta de sus ojos, el silencio es la mejor respuesta.  Árboles torcidos, y esta noche vaciar el alma. Mi vida se llenó siempre de mujeres que no acaban de aparecer ni desaparecer, es más, ni siquiera se llenó, solo se medio llenó.

Ahora yo cansado de nada, advierto en el tiempo un hilo roto, la espiral hecha destino, y el árbol sigue torcido. Para la pregunta de sus ojos, el desaire es la mejor respuesta. Mi vida es como un sol en las colinas, suspendido en un atardecer perpetuo, no sé si sale o se oculta, si amanece o anochece, quizás algún día termine de salir o de meterse, y el árbol deje de estar torcido. Para la pregunta de sus ojos, soledad es la mejor respuesta.

Tal vez esta mortal calma llegue a algún lado, y la larga madrugada me hable de algo, me abrace como ellas lo hicieron, me bese como ellas lo hicieron, y se vaya como ellas no lo hicieron.

Suave sol que pintas al cielo, dale calor al aire, y haz la música de los colores, mientras yo incierto, la busco. El árbol sigue torcido y para la pregunta de sus ojos, ya no sé cual es la mejor respuesta.