Ayer era feliz, de manera ilógica pero muy feliz, como si soñando todo fuera real, y reía y gritaba que el mundo era mio, nada me devastaba pero hoy, hoy e vuelto a llorar como entonces, cuando comprendí que me estoy deshaciendo al abrir los ojos y ver que todo es una fantasía ni siquiera el cielo es azul, el color del mar es un reflejo falso .
Tiene un poco el olor de un ángel pero ya no me engaña ya no....
Crecí grande en entendimiento tanto como un gigante, y aun así me engaño, se convirtió en rosa y solo eso vi,una flor delicada,hermosa con aroma a Dios y me segué y no pensé era una imagen falsa su metamorfosis fue perfecta, el rayo de luna que despedía al mirarla me hizo débil, tan débil que caí y aun arrodillada me deslumbro su encanto, no logre percibir su maldad la escondió muy dentro de su ser, tanto que mi gran intuición fallo!!
La sentí tan cercana a mi; casi mi hermana, no competía, no pedía atención me miraba tierna y sus destellos eran de amor, como saber dentro guardaba un caudal de energía ploma dura maligna y esos brillantes que lanzaba no eran de amor solo fuego fatuo.
Poco a poco salio la verdad, se descubrió pues no se puede ser lo que no es eternamente, tal vez el sol la acaricio o la luna le mintió no lo se, el resultado fue esa flor maravillosa pero falsa que le toco nacer en mi jardín, un jardín que solo sabia de belleza genuina de bondad que solo son lo que son.

Cuando paso el tiempo, no mucho, aun no se marchita, la observe desvió su mirada la caída de sus hojas oculto y planto a su alrededor una muralla una zanja que no pude pasar para eso yo era roble, un gigante sin delito pensé ingenuamente
eramos iguales ella con su belleza yo con mi fuerza nos llevaríamos a las mil maravillas pero no fue así, envidiaba mi aire franco mi corazón fresco lleno de vida sin maldad no lo entendió nunca pudo hacerlo pero en silencio admiraba lo que ella no pudo ser y envidio tener lo que no podía y dejo de ver sus propios dones y al hacerlo destruyo todo a ella misma junto conmigo y aquí estamos tirados ambos en el suelo convertidos en cenizas que se revuelven con el viento cobijados por la tierra, tal vez pronto resurjamos en ramitas a volver a comenzar, y sea yo tan tierna rosa, el; bambú con mi corazón lleno de amor. Tal vez ya no este triste, tal vez me sienta en un tapete mágico y deje que las olas del viento me arrullen y solo oiga el canto que quiero escuchar