Cualquiera puede hablar de respiración
Pero no cualquiera sabe disuadirla
La república de la ostia encubierta
Por la noche de los volcanes
Vuela sobre la mansedumbre de unos maullidos
Unas patitas de cangrejo
Y un par de empanadas de mariscos
Y mi respiración retoma su
Ritmo cardíaco habitual
La sensación de bienestar que invade mi alma
Se desprendió de un mar gatuno
Me lo dice la noche
Que te vi temblando en la vereda.
Texto agregado el 13-09-2012, y leído por 127
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
02-10-2012
Debe ser el planetario o cerca de allí ese lugar de encuentro.
intolerante
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