Los Angelitos (final)

Cómo han pasado los años, vea usted…los angelitos se lograron! No pasó lo que muchos aqui pensaban, de que iban a matarse en alguna de sus aventuras. Nada de eso. Qué gusto da ahora ver a Huguito, Paquito y Luisito tan grandes, tan altos, con sus voces graves y sus risas. Porque esos son unos chicos felices. Si le digo la verdad, a veces yo misma dudé de que las cosas salieran bien. Recuerda usted cuando abrieron las llaves del gas para ver qué pasaba? Eso pudo haber sido fatal. Suerte que era de día y la niñera se percató de lo que ocurría. Lástima que se dio cuenta hasta que la explosión avisó...pero bueno. Bien está lo que bien acaba y gracias a Dios nadie resultó herido. Por lo menos esa vez.
Hay quienes dicen que los angelitos provocaron el envejecimiento prematuro de don Demetrio y doña Lulu, pero a mi no me parece. Seamos francos, don Demetrio era ya bastante mayorcito cuando los angelitos nacieron, de todos modos la juventud ya se le escapaba. Y respecto a doña Lulu, bueno, qué podemos decir...todas las madres se sacrifican por sus hijos, solo que ella ha tenido que sacrificarse el triple. Es normal que se vea de sesenta aunque solo tenga cuarenta y tantos.
Pero qué felices deben sentirse de haber criado a tres jovenes tan fuertes, tan guapos! Y son cariñosos tambien, siempre van a visitar a su antigua niñera al hogar de recuperación donde ahora vive. Muchas malas lenguas dicen que la nana perdió la razón por cuidarlos a ellos y que por eso tiene que vivir en el hogar de recuperación, que en realidad es un asilo para enfermos mentales. Malicia. Habladurías. Vaya usted a saber los antecedentes de la mujer. Sé de buena fuente que la familia de ella está muy agradecida con don Demetrio por pagarle la estadía en el Hogar. Quiera Dios que se recupere pronto.
Y vaya si los chicos son cariñosos. Para muestra un botón. Vea usted con qué cariño trasladan a don Demetrio, ahora que le cuesta un poco caminar, de la casa al auto. Lo llevan en brazos, a veces balanceandolo juguetonamente de un lado a otro mientras el viejito aúlla de contento!
Ah, qué gusto da tener vecinos asi, tan bien llevados, tan unidos.