tal vez mi cualidad, sea la de olvidar.
Pero tambièn se recordar,
cuando caminaba sin saber a donde,
cuando imaginaba tu nombre,
cuando me embriagaba detràs de tu memoria.
Un sortilegio de pasiones.
DE limones con fresas,
de colores e inventos extraños,
un lado eterno de mi expresión de amor.
Lamentablemente no puedo extinguirme,
ni exorcisar la tristeza,
màs bien, en ocasiones le fabrico un poncho con olor
a madera,
repleta de añoranzas, de inquietudes
de conversación.
Porque me gusta conversar de tí a solas
así no lo veas, ni lo sientas.
Me gusta conversar de tí con mis libros,
con mi almohada de pelos de gata,
con mis pies marchito de callos,
con mis manos encuadradas de locuras.
Me gusta hablar de tí
en silencio, sin que te des cuenta,
planear una sopresa, investigar las dimensiones
de tu cuerpo, procrear sin avisar.
Me gusta diseñar la aventura
en medio de una anècdota sin cuadros,
en medio de un recuerdo que ya no es recuerdo
y en una despedida que nunca es ni será despedida.
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