¿Dónde se alojan los sueños,
esa calle, por ejemplo
ese barrio,
y esa gente tan extraña?
A veces aparecen mis muertos,
rozagantes y vitales,
silenciosos y risueños,
¿por qué mi casa es distinta
pero reconozco su esencia?
escucho el tambor de sus latidos,
gatos de extraño maullar,
muros, sombras, afanes raros,
¿Qué límites tiene la tierra
de esta república onírica?
A veces los extravío,
y es una pizarra en blanco,
palabras que se llevó la noche,
albores que no despuntan,
discursos de feble verso
que acaban en un ronquido,
¿Qué patria, que barrio, que suelo,
Anida a estos que reconozco
tan distintos en sus afanes,
sabiendo que son los míos?
La noche tiende su manto,
para que los sueños dancen
y brinquen sobre nuestro pecho…
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