Aquellos que pusieron en mi algo de lo poco que soy, que alimentaron,
mis ganas de aprender
y me enseñaron
a crear, a partir de lo aprendido,
sin dogmas ni modelos
por mi propio camino,
esquivando las piedras
o pisando sobre ellas,
atravesando ríos.
A tantos militantes de la vida,
a tanto compañero, a tanto amigo,
que compartieron mis sueños
y fracasos,
que me impulsaron a seguir luchando
cuando yo ya me daba por vencido,
a todos ellos que fueron mis maestros,
gracias por cuanto me enseñaron
y perdón por lo poco que he aprendido.