Y al final…
…Se vistió la bestia de pardo fulminando con la mirada sola.
Gritó su nombre al mundo entero y los vientos todos, susurraban "DESOLACIÓN."
Con las garras hacia mellas en los rostros, con los dientes masticaba almas.
Sólo con la palabra, infligía dolor entre los vivos.
Sólo con la palabra, convirtió el suelo en fuego.
Sólo con la palabra bastó, para que los nombres fueran malditos y todos los ojos ciegos, en la esfera vasta.
La sangre, convertida ya en agua, corría por los afluentes de los miembros rotos dejando sólo despojos de los que fueron, haciendo inútiles los tiempos e inútil la espera baldía del renacimiento del alma.
Emergieron tormentas de la calma;
Rodeando de pérfida huella allá donde estuvo acabó con la estirpe entera;
Relamiendo con su lengua bífida las angustias desatadas, se sintió bien…
Y vio que era bueno.
¡Y pensó que era lo justo!
En ese instante, se abrió la puerta de los cielos y el dios que lo habita sonó como trueno dejando, en su mente confusa, un pensamiento:
-" Se hizo lo debido.
Concluyó la tarea. La aniquilación absoluta se consumó aún en el tiempo de un hombre, aunque duró eterno.…y ahora,
recomencemos." -
Quitóse la bestia su mirada nubla y acató con sumisión al supremo haciéndose cuerpo de pez entero, sólo escamas, nada de hueso y habitó solemne las nuevas aguas…
…como al principio.
|