Quejas y reclamos.
(Adaptaciòn de un cuento popular)
El se rascaba la cabeza y volvía y hacia cuentas, mientras decía para sus adentros,
.-Cincuenta años son muy pocos y un error debe haber en algún lado.
Siguió pensando que de pronto en el se había cometido una injusticia y se decidió de pronto a elevar su queja y murmuró en voz muy baja.
.-Por qué Señor, por qué, No siendo yo tan viejo, poco a poco he perdido la libido e impotente he quedado…? Sin encontrar respuesta, continúo su reclamo.
.- No es justo Señor, que otros hombres con más edad, se ufanen que tengan pleno goce de su virilidad. El silencio seguía reinando y el seguía murmurando.
.- Por qué Señor, por qué, otros por decirlo de alguna manera, todavía tienen munición, mientras a mi solo me queda a duras penas el cañón?
Suena en ese momento, un potente trueno y entre relámpagos se escucha una voz que contesta.
.- He escuchado tus angustiosas quejas y presto a solucionarlas he venido, he revisado tu caso y las cuentas están claras y no hay motivos para tu reclamo, sin embargo a ver vuelvo a revisar. Pasan dos segundos y de nuevo se escucha la potentísima voz. Si estás en lo cierto, hay otros con más edad y aún con munición, pero es que ellos la han usado con precaución.
.-Señor, señor, disculpe el atrevimiento, yo también he sacado cuentas e insisto que debe haber un error.
.- Si hijo mío, pero es inútil el reclamo, pues siempre he dicho que errar es humano y tu no haz tenido en cuenta los tiros que explotaste en la mano.
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