9 de septiembre de 2012
El fin del Mundo que no existe.
El temor inducido podría matarnos a todos
Ayer me asaltó una idea que me tiene muy preocupado.
Me puse a pensar sobre la locura que estamos viviendo, convertida casi en histeria colectiva, llevados por la obsesión del inminente Fin del Mundo.
La Televisión y las Radios hablan con insistencia sobre las profecías de Nostradamus, el Apocalipsis, y la desaparición de la Especie como algo dado por hecho.
Entonces me puse a considerar los regalos que hemos recibido en los últimos tiempos, el Ordenador, los teléfonos celulares, las comunicaciones globales, la amplia difusión de las ideas..., y veo con temor, que la Mente Humana está embotada e inducida a pensar cosas horribles, que pueden comprometer su propia existencia.
Supongamos que queremos conquistar un planeta habitable, porque la Tierra está al final de sus tiempos.
Teniendo la tecnología adecuada, nos acercaremos a ese planeta, vital para nosotros, con intenciones de abordarlo.
Pero como está habitado, pero tecnológicamente son inferiores, porque sólo han llegado a inventar la Radio, aunque son muy inteligentes, les haremos una trampa para Seres inteligentes.
Les haremos creer que ellos inventan la Televisión, el Ordenador, la Informática, y en pocos años estarán en condiciones de usar estos adminículos, aunque sólo lúdicamente, porque les induciremos programas idiotizantes, que sólo servirán para distracción y esparcimiento.
Así se creerán Genios, y pensarán que tienen un Dominio pleno al aplicar los aparatos.
Luego atacaremos sus mentes con rumores y noticias falsas, que instalarán en sus mentes el temor y el miedo a acontecimientos supuestos, que los irán convirtiendo en seres corderiles y obedientes a nuestras sugerencias de salvación, ante los desenlaces inminentes.
El ataque subliminal afectará a todos los integrantes de las Civilizaciones, pues estaremos dominando a los Líderes, desde nuestras naves ocultas entre los asteroides, los planetas cercanos y sus lunas.
Mientras ellos se preparan para defenderse de sus congéneres sobrevivientes, sobrevendrá la anarquía por la falta de aptitud de la mayoría de los Líderes, que no sabrán como afrontar lo desconocido.
Al final desataremos la histeria colectiva, lanzando sobre la superficie diez o doce grandes rocas, lo que dará la sensación del comienzo del fin.
¿A nadie se le ha ocurrido que nosotros estamos siendo arriados como corderos, con sugerencias subliminales y mensajes que nos inducen a tener ideas y pensamientos negativos que desembocan en la debacle social?.
He visto estos días que en Estados Unidos, existen personas que se ocupan en adiestrar a otros a enfrentarse con Seres Humanos, porque suponen que habrá enfrentamientos entre supervivientes al final de los tiempos.
Estamos adoptando actitudes que aceptan la situación tácita de enfrentamientos por el agua, el alimento, la energía y las armas.
Estas no son suposiciones, es algo que está pasando.
La gente está siendo poseída por pensamientos perversos, y aprende a usar las armas, dispuesta a matar a sus semejantes, obedeciendo a un instinto degenerado por el miedo.
La Histeria colectiva ha comenzado, si no nos ponemos a trabajar para atenuar el nivel de reacción lo que se viene será el éxito del llamado a la desgracia, que hoy tiene un nivel nunca antes visto.
Acá no se viene nada, todo el que se prepare para matar a sus semejantes, se está convirtiendo en un potencial delincuente.
De todas formas, si esto se termina, solo están preparando el camino para que su sufrimiento sea un poco más largo.
Apostemos a la vida, que es el mayor milagro conocido en este letal Universo que habitamos.
Si viene alguien a amenazarnos, será abrumadoramente mas poderoso que nosotros, al haber atravesado Años Luz de distancia, para apoderarse de un planeta a medio uso, del cual demandarán tanto, que no les alcanzará para hacer reposición de alimentos ni combustibles, aunque dominen la antimateria.
Con Buenos Pensamientos, alejemos los acontecimientos adversos.
Aún estamos a tiempo de ser felices, compartiendo un Planeta generoso, que nos brinda, morada, alimento, protección y abrigo.
Quién nos instaló en este privilegiado escenario que propicia nuestra Vida, nos cuidará de que alguien con malas intenciones, venga a destruir su Magnífica Obra.
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