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Las doce y media. De la noche, claro. Acabo de ponerme una copa -¿me estaré volviendo alcohólico a estas alturas, bebiendo solo en casa?-. Malibú con leche. Creo que es una combinación que inventé yo mismo. Y es que al ser blanca la botella pensé que el contenido sería blanco también, de ese blanco refrescante que invita. Cuál fue mi sorpresa y decepción, por qué no decirlo, cuando me percaté de la transparencia del líquido. ¡Vaya por dios! Así fue que decidí mezclarlo con leche, en las copas que me pongo en casa, claro, fuera de estas cuatro paredes nunca se me ocurriría pedir semejante pócima.


La botella de malibú se está acabando, sobró de la fiesta de inauguración del piso, enero del año pasado, ha pasado mucho tiempo y muchas cosas, pero es lo único que ha bajado desde entonces (las demás botellas que quedaron siguen al mismo nivel, algunas enteras, salvo una de ron que nos terminamos la tarde en que invité a comer a Jesús). El precio del piso habrá subido, supongo, espero... Creo que no me estoy volviendo alcohólico, solo especulador inmobiliario, desde la misma mañana en que compramos el piso. En estas tonterías me da por pensar... ya ves...


Sigo esperando, sigo bebiendo.



La una ya. He terminado la copa, y hace demasiado calor aquí dentro. En la terraza refresca y se agradece, con el calor que lleva haciendo los últimos días… La luna ha subido mucho, hace horas que llevo observándola, me pregunto si tú también la ves. Hoy ha empezado a menguar, ayer estaba naranja, casi roja, y me acuerdo de cuando estabas tú y la veías así de roja, y me decías que había guerra entre sus habitantes. Yo te contestaba que no, pero no podía ofrecerte una explicación mejor. De todo esto me acuerdo esta noche, fíjate tú. Mi copa ya se ha acabado, creo que ya te lo he dicho, bebo las últimas gotas y paso un dedo por el fondo del vaso, apurando la mezcla blanca.


Sigo esperando, sigo escribiendo.



La una y media. Hace rato que terminé la copa y la luna está detrás de la tormenta. Llueve fuerte en la terraza, chaparrón de verano, mañana hará más calor, pero mañana, que ya es hoy, nada importará. Te he esperado tanto…


Todo se ha vuelto blanco alrededor: la lluvia, la leche, la luna, las nubes, la botella… el túnel, mis ojos vistos desde abajo, las paredes, mi camisa elegida para este acto, la luz de esta bombilla, el cable de la lámpara, la cuerda que me acerca a ti, tu vestido de novia cuidadosamente extendido sobre la cama, blanca la colcha,…y el cajón de la ropa interior que no te pudiste llevar.



Las dos. Todo se vuelve negro.



Texto agregado el 03-08-2004, y leído por 683 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
12-10-2005 No he probado el Malibú con leche, pero al principio mientras te leía lo imaginaba algo muy agradable, suavito. Pero ese último sorbo, ese apagón, me dejó un sabor amargo. Sentí un portazo y como si se hubiera roto la luna.- Precioso texto, Ana. entrelineas
19-05-2005 Muy bueno lo tuyo! ***** peinpot
15-11-2004 cuanto más te leo más me gusta ondina
10-09-2004 Mantienes la atención y -por supuesto- la atención. Un muy buen cuento con un final muy triste... gui
10-09-2004 Muy bueno, realmente bueno. E inesperado el final. AnitaSol
01-09-2004 Un texto buenísimo, de esos que encantan, de esos que reflejan la importancia de esos instantes en los que parece que el tiempo no pasa y que por tanto pesa, sólo somos nosotros que vagamos y vagamos y no sabemos salir. Muy bueno, me encantó. Besos uRaNiA
06-08-2004 Magnífico trabajo, así, suavemente impecable, como quien no quiere la cosas, arrancas nuestra imaginación de cuajo, no nos hace falta, tú eres la directora y nos sumerges en tu historia triste y tremenda...¡y empezando desde un malibú con leche!! joer!! el final, con la luna tras la tormenta (espléndida imagen) te ha quedado más que conseguida. Enhorabuena, preciosa!! LoboAzul
06-08-2004 Que fuerte, totalmente trágico, cotidianamente fatal...fresco pero agobiante, como un frigorífico cerrado por dentro, no hay salida, todo se vuelve negro... de todas formas te equivocas, malibú combina muy bien con leche. Un ejemplo: Coco loco.- Ron, leche, malibú y azúcar...o licor de plátano, malibú y leche, este se llama almuerzo del mono... besotes. Nomecreona
05-08-2004 una trama imposible de abandonar. ***** curiche
05-08-2004 Has puesto aquí una cadencia a golpe de medias del reloj, muy bien como nos vas engullendo, arrastrándonos siguiendo en detalles a un final del relato negro en contraste. Un abrazo Cardon
05-08-2004 Otro viaje estupendamente llevado desde una bebida a un final duro. Excelente lo del traje de novia sobre la cama, e intrigante lo del cajón. Un placer leerte, Ana. Ya no sé si beber algo mientras escribo... ;-). juanrojo
05-08-2004 Excelente texto Ana, tras unas palabras sencillas y un comienzo en apariencia normal de una noche en soledad buscada, vas dibujando anhelos y soledades impuestas a nuestra voluntad, final muy triste pero es lo que tocaba para hacerlo entrañable. Un besito y mis estrellas. Airedevalencia
04-08-2004 Bien redactado. Me ha gustado pero es algo triste. Un saludo. SOL-O-LUNA
03-08-2004 Me gustó. orlandoteran
 
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