Agujas que hieren sin sangrar
¿Por qué soy tan sentimental? ¿Por qué no puedo ser como esos matones de instituto que no tienen apego alguno hacia los demás? Aquellos que no tienen remordimientos al hacer daño a alguien sea o no sea inconscientemente. Y es que a veces me gustaría serlo, para poder destruir este dolor en forma de remordimiento que me corroe por dentro. Ya sabéis, es esa sensación, la sensación de que tienes un hueco en tu estomago, y también en tu alma. Y es que, al herir a alguien a quién respetas y amas, y al darte cuenta que ya no tiene arreglo, sólo tienes ganas de meterte en la cama y llorar por el resto de tus días.
Se dice que los sentimientos son meras reacciones impulsadas por pequeñas descargas eléctricas que se transmiten por todo nuestro cuerpo. Y yo me pregunto, si su origen es tan simple, ¿por qué sus efectos son tan complejos?
Además de todo eso, no sé porque, la gente tiene la costumbre de escuchar música triste cuando está apenada, y eso me ha llevado hacia lo más hondo del mar, hasta tocar fondo.
Puede que penséis que este dolor no es real, o que simplemente me estoy metiendo en el papel del personaje, pero lo único que os deseo, y de todo corazón, es que no tengáis que pasar por este agonizante e insufrible dolor en el resto de vuestra vida.
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