caminaba por las calles
contento por vivir
llegué a mi hogar
un hombre me dio una puñalada
¡qué haces!, le grité
sus ojos brillaban
estaba fuera de su alma
era un hombre muerto...

le vi partir
llevarse cuanto tenía
sonreí
no moría...

miré mis cosas
y dentro de mí
sentí ganas de seguir
de buscar mi verdad
cuando cientos de dioses
tocaron mi ser...

ven, me dijeron

aún no, respondí

anhelo saberlo
tener en mi alma
volar con la libertad
manchar las alas de la paz
besar los labios de la bondad...

los dioses cogieron el puñal
y lo sacaron de mi carnes
me llevaron a un lugar
donde las almas duermen...

te gusta, preguntaron

aún no
no
no...

mis ojos se abrieron
a un mundo sin colores
un ave volaba
sobre un cielo sin color
miles de estrellas brillaban
sobre un manto sin color...

estaba en un lugar
llamado hogar
y desde allí
volví a respirar...