pueda que sea un cuento o miles de sueños, pero todos, todos, todos los he vivido... entiendo que el ser humano no tiene donde reposar... si duerme, sueña, que no es sinónimo de reposar... por ello busca el amor, el placer, algo que engañe su manera de existir... existe una fuerza dentro de cada ser, y esa fuerza solo anhela una cosa, y esa cosa es la verdad... pero, ¿qué es la verdad?...
tuve que dejar las cosas como estaba y miré mis cuadros, mi cuarto, mis libros, mis cosas... las fotos de todas mis parientes fallecidos... el tiempo que era un cuchillo para mí... buscando siempre lo mismo en cada una de mis miles de vidas... y nada... no recuerdo cuántos años han pasado, pero aún tengo esa sed por la verdad... creí encontrarla en el monte más alto, cuando arañado por las rocas pude ver el brillo de la eternidad en fondo del firmamento... pero al desaparecer todo, supe que era un milagro mas, uno no tan grande como la vida que se me ha dado...
camino y despierto todos los días... duermo y sueño... abro los ojos y estoy en un cuerpo nuevo... hay veces en que soy un niño, un perro, un gusano, una piedra, un hombre herido... y en cada uno de ellos aprendo lo mismo, que todo pasa... cierro los ojos y estoy en diferentes edades y en lugares increíbles... ya sea en este mundo o en otros... en medio de la constelación de estrellas o al final de un hueco negro... nada me sorprende... tan solo este milagro de la vida tan larga y con un solo propósito... el de encontrar la verdad...
una tarde estaba sentado en una casa cuando vi que un hombre quemaba a toda su familia... era muy joven y en sus ojos estaba la locura del mal... le llamé y el hombre se asustó... le pregunté el porqué se hace tanto daño... el quemar lo amado es cercenarse a sí mismo... le cogí la mano y recogimos a sus seres quemados y los enterramos... miraba al hombre y sentía que era él quien estaba muerto... luego, lo vi caminar y entrar en medio de las llamas... antes, me miró y dijo gracias... cerré los ojos y cuando desperté estaba delante de todos los dioses... todos ellos me miraron y preguntaron qué hacía allí... les dije que estoy viviendo y no sabía por cuánto tiempo... todos los dioses me preguntaron qué buscaba... la verdad, respondí... cerré los ojos y cuando los abrí estaba echado en un campo, lleno de sol y totalmente en comunión con todo, todo, todo...
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