La oscuridad de aquella noche de noviembre fue nuestra cómplice y las cuatro paredes de tu habitación fueron los únicos testigos de la unión de esos caminos que pocos han podido entrelazar: el amor y el deseo.

Un beso que pasó a convertirse en mil más, cada vez con menos de ternura pero con más de deseo, el olor de tu perfume quemaba mis pulmones y el tacto de tus manos en mi cuerpo incendiaba cada poro de mi piel, mis oídos apenas distinguían entre nuestras respiraciones y el yesterday de los guns and roses que sonaba de fondo, no se tu pero, para mí ,en ese momento no había nada mejor.

Cada paso nuestros desesperados dedos buscaban la forma de desnudar a nuestros cuerpos y en mi mente sonaban voces diciendo que no era correcto, que para hacerlo por primera vez debía esperar a tener una sortija en mi dedo corazón pero, para ese momento, era tarde mi alma había perdido la cordura y mi corazón había decidido hacer tangible todo el amor que siente por ti.

La lucha entre seguir y detenerse; te deseaba tanto que detenerse nunca fue una opción, mis uñas se clavaron en tu espalda y sentí como tomaste posesión de mi cuerpo ardiente de pasión y fui tuya por completo, nos convertimos en uno solo, la mágica combinación de tus fuerzas , mis sonidos , tu tacto , mi aliento , tu sudor, mi saliva, nuestros besos, nuestro amor , nuestro deseo , nuestro placer … ¡Juro por mi vida que no hay sensación que se le compare!

Fui tuya y tu mío ,sin importar nada , ni tu pasado ,ni mis prejuicios … y sera siempre así , hasta que la muerte nos separe , lo prometo.