Ser, S de sentir, sentimiento porfundo, permanente, sentimos lo que somos, somos lo que sentimos, Estamos allí, solo dispuestos a ver pasar el tiempo poco a poco, irreversible, seguro e intangible. Rodamos en la existencia con nuestra esencia vital, sin notar a veces siquiera el sonido del viento, atrapados en el vaivén del mundo que llamamos gente - sociedad.
Operando dispuestos, prestos a hacer para sentirnos libres en una libertad ilusoria que nos presenta el sistema. Olvidando a veces al pasar lo que tenemos dentro, siendo sordos ante el palpitar intenso de la existencia. ¡Si tan solo despertaramos por un momento del estado de letargo y bombardeo en el que la modernización nos tiene sumergidos! y tan solo sintieramos el sonar de nuestra filarmónica interna podríamos avanzar un paso hacia delante en la conquista de la libertad verdadera, en la que solo nuestros deseos, nuestra consciencia de sí, de lo que somos, hacemos, sentimos queremos. Aparece ante nuestros ojos como el elipsir de la vida eterna transforma en la consciencia del ahora.
Si tan solo no le huyeramos al presente intentando alcanzar un mañana efimero, divisado entre cortinas presentado por el futuro que nos pone sus cartas en juego y de las que a veces decidimos no elegir o dejárselo al azar que apodamos destino para sentirnos cómodos, o escogemos sin saber... atreviéndonos a esperar.
Así transcurren nuestros tiempos que nos son mas que los tiempos propios y que quedan olvidados en un cajón con fondo o esparcidos en el espacio como moléculas que se desintegran volviendo a ser nuevamente parte de lo incomprensible, eternizados en un ciclo continuo de estar, siempre en distinta forma o en distinto estado pero simplemente estar.
Solo basta con cerrar los ojos para entender la fuerza del universo, la magia de la existencia y la eternidad de la vida... el propio SER. |