Serenata de hojas sin vida.
Música sin brillo, sin color
que vuelan al prado del cielo.
Adolecen las venas secas
sinfonía del dolor.
Espejo de tinieblas en hamacas.
Cuerdas que mecen al amor,
inunda mi ser,
se filtra por mis dedos,
alejandose en su escape,
desgarrando el alma
atravesando la piel
Cuan inmenso es el paraíso
para que mores en él,
dejándote que te vayas
partiéndo mi ser,
que grita, no se calla.
Acurrúcate como niño
fetalmente vuelve a mi,
tu ser es mi ser
sangro en él.