Ella
Ella no habla. Ella está callada
Ella piensa en la profundidad del cielo.
De la vida.
Del tiempo.
De que quizás sabe que la amo.

Ella es noche calmada y serena.
Ella es tempestad iracunda y furiosa.
Ella es como la paz profunda del cielo.
Ella es amor y rabia juntos,
Esos sentimientos tan duros como la piedra.

Ella está pensando.
Pensando en qué ¿no sé?
Más yo sueño con ella.
Vivo con ella.
Y me encantaría acabar mi vida a su lado.

Ella es murmullo y silencio.
Furia y calma.
Locura y deseo de mi alma.
Pasión abismal y profunda

¡Y de ella nacen mis amores!
Ella es la dueña de mis versos,
¡Que deseo, que locura!
Que derrame de pasión y de belleza.

Ella es estrella, sol y luna
Que se muestran en la inmensidad del cielo de la vida.
Ella es mi vida Ella es mi sueño.
Ella es mi pasión y un desborde de deseo.

Ella es luz en la oscuridad serena,
En la gruta de la paz perdida,
En la que brilla su candente rostro.
Ella es mi sol reflejado en un océano de ilusiones.
De pasiones encumbradas,
Que repican en muchos oídos
Pero sólo a mi me alcanza tu voz.

Eres más fuerte que el sonido de mi voz.
Pero aún así estás callada.
Y tu voz irrumpe más allá de las fronteras,
Más allá del horizonte.
Su voz es tan poderosa como un grito de Valquiria,
Pero ella está callada.

Y así eres bella, virtuosa y bendecida.
Bendecida con las coronas de Atenea.
Vamos amor, amémonos
Lejos del mundo
Allá
Por donde los mares se cruzan.