El espectro

-¡Déjame ir!- Dijo arrastrándose por el suelo, tenía el pulmón perforado y apenas podía respirar- Por favor no te he hecho nada, ¿Por qué me haces esto?
-Para que sonrías- dijo sarcásticamente y soltó una irónica carcajada, después volvió a la realidad-Para que pagues lo que hiciste.
-¡Pero si no te hecho nada!
-A mi no,- soltó un suspiro como diciendo - a otro si- en su boca se fue deformando una leve sonrisa hasta que llego a ser una risita entre dientes- y te haré pagar por lo que hiciste.
-¡Nunca!- su actitud cambio como si ya aceptara lo que hizo y se niega a pagarlo- Primero te mato- agarro una escopeta tirada en el suelo y se levantó. Agarrando la herida profunda del costado con su mano izquierda, apuntaba con la mano derecha la escopeta que apenas podía y disparo.
Le trozo la mitad de la cara y de esta brotaba chorros de sangre, en el fondo se veían partes de sesos. Esta horrorosa imagen le asqueaba, aprovecho para correr y alejarse de ese maldito lugar. Llegó desfallecido a la carretera, no había nadie.
-¿Me extrañabas?- La voz venía de la nada, confuso miró a todos lados para ver de dónde provenía aquella voz, ¿Cómo es posible que haiga salido vivo de semejante disparo? Definitivamente no era humano, empezaron a dar carcajadas venidas de la nada.
Estrepitosamente la cara del sujeto fue cortada por una oz que tenía palabras en latín desconocidas por cualquier que no hablara este idioma, la oz como obra de magia se regresó como un bumerán y fue cachada por el mismo sujeto al que le habían partido en dos la cara con la escopeta pero esta vez estaba completa.
-Otra alma en el infierno- y sonrió disimuladamente, en la oz decía: spectro.