Para mis tres sobrinas

La vida es el sueño de todo el que camina por el sendero claro del amanecer, un sendero que inicia el día específico que Dios decide traernos a vivir una experiencia única, llena de alegrías, esfuerzos, tristezas … saber que cada día es una oportunidad de triunfar o fracasar, ser ganadores o lamentarnos por lo que no hemos conseguido.

Soñar es quizás estar, ser, quedarse o más bien el método con el que construimos, planeamos y proyectamos todo cuanto tenemos en el alma y el pensamiento; realidades, ideales, utopías propias que nos llenan de sensaciones agradables: la felicidad.

Soñar no cuesta nada, pero se gana mucho, construyes todo cuanto deseas, esperas y anhelas… un mundo ideal que compartir, que alcanzar, en el que todo es posible, todo se logra, todo lo conseguimos…

Pero soñar sin proyección, es querer construir un puente donde no hay abismos, es luchar contra la corriente. Por ello sueña, lucha por hacerlo realidad, proyecta tus sueños, recordar todos los días tus metas por alcanzar, teniendo la seguridad que algún día las cumplirás

Vive intensamente, cada día como el último, que sea esa la dulce consigna, arranca, acelera a fondo y frena cuando el error quiera estrellarte o acabar con aquello que quieres iniciar.